Son
aquellas cuentas que representan valores que no pertenecen a la empresa, ni son
obligaciones de la misma, pero que pueden en un futuro representar un recurso o
una obligación para el ente económico y por lo tanto deben ser registradas y
reveladas en los Estados Financieros por control. Estas cuentas controlan los
hechos económicos que no afectan los recursos del ente (Activos), sus
obligaciones externas o internas (Pasivo y Patrimonio), pero que las operaciones
que las generan representan algún tipo de responsabilidad para la empresa o
pueden en el futuro convertirse en un recurso o una obligación para ella. Pueden
ser de naturaleza débito o crédito. También se denominan cuentas de memorando.
Las cuentas
de orden se presentan dentro del Estado de Posición Financiera o Balance
General, sin formar parte de él. Su ubicación es al pie del mismo, después de
las sumas iguales, las de naturaleza débito debajo del total del activo y las de
naturaleza crédito debajo del total de Pasivo y Patrimonio. Estas cuentas tienen
como característica de que no requieren de la partida doble, por ser una
anotación de control, pero para ser coherentes con este paradigma, se utiliza la
partida doble registrando dos cuentas que llevan las misma denominación pero se
diferencian porque a una de ellas se le adiciona el sufijo "por contra".
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